viernes, 5 de abril de 2013

La Ruta de la Seda




Se entiende por Ruta de la Seda el itinerario que en la antigüedad unió los imperios romanos y chino. Era el camino por el que las sedas de Oriente llegaron a adornar los cuerpos de los elegantes damas romanas. Los extremos de la ruta se sitúan en Roma y en la ciudad de China, Xian. Durante el transcurso de la ruta vamos a cruzar otras ciudades como Damasci, Bagdad o Samarkanda a parte del macizo del Pamir, el desierto de Gobi o el Taklamakán.

La Ruta de la Seda es uno de los escenarios más fascinantes para la aventura en estado puro y de los logros más significativos de la historia de la civilización del mundo, pero también para la aventura cultural, ya que es el paraíso de la arqueología más romántica: ciudades perdidas en el desierto, estatuas grandiosas rastro de civilizaciones desaparecidas, monumentales ruinas enterradas durante siglos, papiros escritos en lenguas desconocidas… Por la ruta han circulado en ambos sentidos los mercaderes, los soldados y los filósofos, por lo que se ha realizado el comerció de la guerra y de las ideas. A parte, muchas de las ciudades eran ricas de diferentes minerales, textiles, sedas, cerámicas… por lo que se movieron a través de los desiertos que nos encontramos por el camino. En la ruta de han encontrado tres grandes religiones, ya sea el cristianismo, budismo e islam y otras hoy desaparecidas como fue el caso del zoroastrismo. 

La Ruta de la seda, se divide en dos cruces: norte y sud, para bordear el desierto cuyo nombre significa “donde entras pero no sales”. Milan Ruoqiang y Niya son ciudades que estuvieron situadas en oasis a lo largo de la antigua ruta del sur y que han ido desapareciendo bajo las arenas.


La paradoja, es que la trayectoria antigua de los comerciantes del este y del oeste consiguió su nombre en el siglo XIX. El nombre fue propuesto por Ferdinand von Richthofen, el autor de trabajos clásicos sobre la geografía física de China y la orografía de Asia. Después de su ejemplo fue reconocido a nivel mundial. Gracias a la UNESCO, el nombre de la ruta se cambia para ponerle “la Ruta de la Seda” así seria conocida para todos los tipos de turistas tanto a nivel nacional como internacional. Finalmente concluimos que es una ruta del dialogo, de la comprensión mutua y de reacercamiento de culturas.

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